28 de julio de 2016

Reseña: El retrato de Dorian Grey




El retrato de Dorian Grey es una de las novelas más famosas no solo en su país natal, si no en el mundo.

La gran mayoría de nosotros sabe de qué va: Un hombre que desea la juventud eterna hasta el grado de estar dispuesto a darle su alma al Diablo.

Había oído hablar de la historia muchas veces: en la escuela, amigos, Internet, mi mamá inclusive lo leyó cuando tenía mi edad y me lo recomendó; todo indicaba que debía leerla. Inclusive vi la película antes de tomar en mis manos el libro (por cierto, la película me pareció algo desabrida).

La trama comienza con Dorian Grey, un joven inglés siendo retratado por un amigo pintor, Basill Hallward, el cual conoce a un hombre lleno de vicios y malas influencias llamado Henry Wotton.

Dorian es puro, inocente y con toda una vida por delante, Henry en cambio es un señor casado, infiel, visitante frecuente de bares y burdeles, mezclar a ambos sólo puede tener un final: La corrupción de Grey.

Cuando su amigo Basil termina la pintura, lo exhibe ante un público en la mansión del joven los cuales prorrumpen en aplausos, pero en Dorian el efecto es distinto: Él se queda hechizado por su propio retrato, se enamora de sí mismo.

Dorian entonces se obsesiona enfermizamente con la juventud: arrugas, canas, manchas, fealdad; nada de eso debe estar en él. Es entonces que mientras contempla su cuadro, implora que le daría su alma al mismísimo Diablo con tal de seguir siendo joven, pues su retrato a diferencia de él, permanecerá siempre con esa belleza inescrutable. 

El deseo de Dorian se ha hecho realidad: él seguirá siendo el mismo, nunca envejecerá, pero su cuadro sufrirá las consecuencias de dejarse llevar por los excesos.
Oscar Wilde escribe profundo, detallado, intrincando descripciones conmovedoras que te sumergen en la Inglaterra del siglo XlX, diálogos que aluden a la reflexión y con una narración que te eclipsa.

Sigue sorprendiéndome la originalidad que tuvo Wilde a la hora de tomar su pluma y comenzar ésta historia trágica, es innovadora y una buena analogía de lo que le sucede a nuestro ser, nuestra alma, cuando creemos que no hay límites y todo es permitido y  bueno.
Los personajes están bien estructurados, mi favorito fue Dorian, uno se puede sentir identificado con él. Todos alguna vez nos preguntamos o preguntaremos el rumbo que tomará nuestra vida y las implicaciones que vendrán al dejar de ser jóvenes, algunos tenemos un pasado oscuro donde no hubo una voz de la razón y conciencia que nos guiara, Dorian es joven y como nosotros, cometerá errores.

Algunos puntos que no me gustaron fue que a veces había puntos muertos en la trama donde no pasaba nada interesante: Charlas de té de adultos en Londres en el siglo XIX, así como suena así se sintió.

Otro punto que puede resultar denso a la hora de leer es el lenguaje antiguo o los diálogos muy tardados -aunque algunos si eran buenos-, ambos con palabras desconocidas o con extensiones más largas de lo que se puede digerir.

En pocas palabras, El retrato de Dorian Grey es una novela de gran valor con una trama atrapante y con un personaje principal con el que identificarse, el único obstáculo al que te puedas enfrentar es al lenguaje y algunos capítulos muertos, pero fuera de eso una escritura fluida y atrayente.

Y hasta aquí la primera reseña que les dejo en el blog. Regresaré con una reseña a un libro más contemporáneo. Nos vemos en la próxima entrada.